El Acuerdo de París se implementa en ciclos de cinco años, con acciones de los países progresivamente más ambiciosas en materia climática. Se espera que, cada cinco años, los países envíen un plan nacional actualizado de acción climática que se conoce como Contribución Determinada a Nivel Nacional, o CDN.[1]

⚠ En 2023, el primer "balance mundial" evaluará los avances en los objetivos del Acuerdo de París. Este proceso animará aún más a los países a adoptar medidas climáticas ambiciosas que mantengan el calentamiento por debajo de 1,5 grados centígrados. [1]

Los países se comprometen a tomar medidas para reducir las emisiones y limitar el calentamiento global por debajo de los 2 grados Celsius. [2]

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Los países deben desarrollar estrategias e inversiones para adaptarse a los impactos del cambio climático y fortalecer la resiliencia de sus comunidades.[2] 🖊

Se busca movilizar fondos para apoyar las acciones climáticas en los países en desarrollo y ayudarles a hacer frente a los desafíos del cambio climático.[2] 🖊

Promover la transferencia de tecnología adecuada y sostenible entre los países para mejorar la capacidad de acción climática y la resiliencia.[2]🖊

Ayudar a los países en desarrollo a fortalecer sus capacidades institucionales y técnicas para abordar el cambio climático de manera efectiva. [2]🖊

Los países deben informar regularmente sobre sus acciones climáticas, emisiones y progresos, lo que permite una mayor transparencia y rendición de cuentas.[2] 🖊

Fomentar la participación activa del sector privado en la implementación de acciones climáticas y la financiación de proyectos sostenibles.[2] 🖊

Promover la educación y la sensibilización pública sobre el cambio climático, sus impactos y la importancia de la acción climática.[2] 🖊

Fomentar la investigación y el desarrollo de tecnologías y prácticas sostenibles para abordar el cambio climático de manera efectiva.[2] 🖊

Fomentar la colaboración y la cooperación entre los países en la implementación de acciones climáticas y la consecución de los objetivos del Acuerdo de París.[2] 🖊

Ha realizado importantes avances en la promoción de energías renovables. Más del 98% de su generación de electricidad proviene de fuentes renovables, principalmente eólica y solar. El país también ha implementado políticas para promover la eficiencia energética y la movilidad sostenible.[3]

Ha establecido objetivos ambiciosos para aumentar la participación de las energías renovables en su matriz energética. Ha desarrollado proyectos de energía solar y eólica a gran escala y ha avanzado en la electrificación de su sistema de transporte público. Chile también ha sido anfitrión de la Conferencia de las Partes (COP25) en 2019, destacando su compromiso con la acción climática.[3]

Ha implementado medidas para reducir la deforestación y promover la conservación de los bosques, que son fundamentales para la mitigación del cambio climático. El país ha establecido metas ambiciosas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y ha trabajado en la promoción de energías renovables y proyectos de transporte sostenible.[3]

Ha implementado políticas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y ha trabajado en la conservación de sus bosques amazónicos. El país ha promovido la gestión sostenible de sus recursos naturales y ha establecido programas para fomentar la adaptación al cambio climático en comunidades vulnerables.[3]