lo antifrágil se beneficia del desorden y la volatilidad, mientras que lo frágil queda perjudicado. Partiendo de esta afirmación, el tiempo es sinónimo de desorden y entropía. Por lo tanto, si queremos comprender el futuro, debemos dar una importancia mayor a aquello que existe desde hace tiempo, aquello que ha sobrevivido a la entropía, al ser más antifrágil.