Meteorización química
Ocurre por los cambios químicos de los minerales que componen la roca. En ellas actúan los componentes quimicos de la atmósfera. Al producirse estos cambios, se pierde la coherencia en la roca, la cual se disgrega en particulas calcáreas, granos de sales de potasio, silicios y feldespatos. Este proceso se observa en los edificios y monumentos antiguos de roca y concreto que existen en las ciudades. El agua de lluvia hace que la roca y el concreto se disuelvan, lo que provoca corrosión. (Ver figura 4). En El Salvador, la Catedral de Santa Ana es un ejemplo de edificación afectado por la meteorización química.
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Meteorización mecánica
La meteorización mecánica es la disgregación física de las rocas en fragmentos, a causa de los cambios de temperatura, humedad y actividad biológica.
Acción del agua
El choque y la fricción con las partículas arrastradas por el agua hacen que las rocas sufran desgaste y los fragmentos de roca quedan redondeados, (Ver figura 1). El mismo proceso ocurre en los fragmentos de roca y cantos rodados que son arrastrados por las corrientes fluviales. (Solomon, 2013).
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Acción del hielo
En biomas como la tundra, el hielo también produce fragmentación de las rocas. Cuando el agua se congela, aumenta el volumen y la presión sobre las paredes de los espacios en que se encuentra. El agua penetra en los espacios vacios de la roca (ver figura 2) y, al congelarse, ejerce presión y reduce desprendimiento de los fragmentos que permanecen unidos por el hielo. (Solomon 2013).
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Acción geológica de los seres vivos
Los seres vivos actúan sobre el relieve, de manera constructiva o destructiva. Por ejemplo, las raices de las plantas son capaces de fragmentar la roca por acción mecánica. Asimismo, animales como hormigas, cangrejos remueven la tierra y la desplazan. Otros organismos como bacterias, hongos, liquenes y musgos segregan sustancias quimicas que actúan sobre la roca destruyéndola y transformándola en sustrato fértil.
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