Condicionamiento clásico (Pavlov):explica un mecanismo fundamental de aprendizaje donde un estímulo neutro (EN) se asocia con un estímulo incondicionado (EI) para producir una respuesta condicionada (RC). Este proceso, ilustrado con experimentos como la salivación de perros ante un sonido asociado a comida, abarca conceptos como condicionamiento apetitivo y aversivo, relaciones temporales entre estímulos, generalización, discriminación, extinción y recuperación espontánea. En humanos, este aprendizaje explica respuestas emocionales, como fobias o ansiedad, y se aplica en terapias como la desensibilización sistemática. También se explora el condicionamiento semántico y verbal, destacando cómo el lenguaje actúa como un segundo sistema de señales, influyendo en las emociones y comportamientos.
Condicionamiento operante (Skinner): desarrollado por B.F. Skinner, es un mecanismo de aprendizaje donde las consecuencias de una conducta determinan su probabilidad futura, aumentando con refuerzos (positivos o negativos) o disminuyendo con castigos. A diferencia del condicionamiento clásico, las conductas operantes son emitidas activamente por el organismo, como en los experimentos de Thorndike con gatos que aprendían a abrir una caja para obtener comida. En humanos, este principio se aplica en contextos educativos y sociales; por ejemplo, un niño que recibe elogios (refuerzo positivo) por completar sus tareas es más probable que las realice nuevamente, mientras que la pérdida de privilegios (castigo por omisión) por no hacerlo puede reducir conductas indeseadas. Técnicas como el moldeamiento y programas de refuerzo facilitan la adquisición de conductas deseables, destacando la importancia del control positivo sobre el castigo para fomentar un desarrollo personal y social saludabl