Función educativa: El comedor escolar debe promover costumbres, posturas y modos de vida sanos. Debe aportar al entendimiento gradual, conforme a las diversas edades, de los diferentes alimentos, de sus colores, aromas y gustos.
Es aconsejable inculcar al niño hábitos de higiene personal: lavado de manos antes y después de acostarse y cepillado de dientes después de cenar; además, de buenas prácticas en la mesa: usar los utensilios, prevenir el hablar con la boca llena, mantener una postura adecuada, masticar correctamente los alimentos, usar la servilleta, entre otros.
Función social: el niño adquiere reglas de convivencia y valores como la tolerancia, el compañerismo, el respeto y la respetabilidad. Además, promueve la interacción y las relaciones con los colegas de mesa, facilita la inclusión de grupos socialmente desfavorecidos, además del estudiantado
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