Algunos programas maliciosos son creados por personas muy inteligentes, pero con intenciones cuestionables. Estas personas pueden ser hackers, que acceden a sistemas por curiosidad o para demostrar sus habilidades, o crackers, que buscan dañar y destruir información o sistemas.
Entre los tipos de malware más comunes están los virus, gusanos, caballos de Troya y bombas de tiempo, los cuales pueden propagarse, dañar software, robar datos o incluso afectar el hardware.