Los trabajos de Louis Pasteur y Robert Koch en el siglo XIX revolucionaron la comprensión de la enfermedad. Pasteur demostró que las enfermedades podían ser causadas por microorganismos, y Koch estableció los postulados para identificar el agente causante de una enfermedad específica. Este descubrimiento, conocido como la teoría germinal de la enfermedad, transformó radicalmente la medicina preventiva. Permitió el desarrollo de medidas de higiene y saneamiento más efectivas, la esterilización, la antisepsia y, posteriormente, el desarrollo de vacunas y antibióticos dirigidos a combatir agentes patógenos específicos. Este avance científico consolidó la medicina preventiva como una disciplina basada en la comprensión de las causas de las enfermedades infecciosas