En respuesta al gran reto de cambio y modernización, la sociedad demanda una Administración inteligente, pensante, innovadora, flexible y adaptativa; capaz de corregir sus errores, aprender de la experiencia, y sensible a las fuerzas que actúan, tanto en su entorno como internamente.
El entorno dinámico, complejo, convulso e incierto, por el que atraviesa actualmente la Administración Pública, requiere afrontar sin dilación grandes retos de modernización y cambio.
propiciando una Administración más ágil, rápida y flexible y que responda a las demandas de los ciudadanos.
La ciudadanía exige a su Administración que sea eficaz, eficiente, de calidad, y que oriente y aproxime la decisión política y su actividad a los ciudadanos.
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