Así pues, uno de los principales retos de la Unión Europea será la integración social de las minorías culturales y étnicas procedentes de África, América Latina, Este de Europa y Turquía. Será necesario construir una sociedad multicultural, democrática e inclusiva, que no relegue a nadie por su religión, cultura o etnia, y donde a la vez se mantengan los derechos y libertades, para prevenir el racismo y la xenofobia.