Si el núcleo de la célula-familia está dañado, la sociedad refleja estas fracturas en sus relaciones y entornos, surgen acciones de violencia, desapegos, inconformidades. Por ello, la tarea como sociedad es luchar por proteger a la familia, y promover un ambiente de respeto, valores, educación y amor a nuestros hijos e hijas, una familia que esté unida en todas las situaciones de la vida.