El Mesías Jesús, es Dios mismo hecho hombre. Los Evangelios lo anuncian con un nacimiento extraordinario, con los milagros como signo de su acción salvadora y su relación de intimidad con el Padre. Jesús se hizo como uno de tantos y vivió el sufrimiento, la alegría, el dolor, la libertad, la tristeza… de los seres humanos.