Por lo tanto, una persona con signos y síntomas cardiovasculares, musculoesqueléticos o respiratorios del exceso de adiposidad tendría obesidad clínica incluso si su función metabólica fuera normal. Además, una persona con una sola alteración metabólica (por ejemplo, dislipidemia) no cumpliría con el criterio de agrupación metabólica (hiperglucemia con HDL bajo y triglicéridos altos) para el diagnóstico de obesidad clínica. Esta persona se clasificaría, por tanto, como con obesidad preclínica.