El primero fue Portugal, que se extendió por Santo Tomé y Príncipe, Fernando Poo —luego cedida a España—, Angola, Mozambique o Zanzíbar; al que le siguió los Países Bajos —Colonia del Cabo, hoy en Sudáfrica—, Francia e Inglaterra. Estas factorías serán la base de la posterior expansión por el interior del continente.