Un buen registro debería ir acompañado de una reflexión constante, en la cual el equipo ponga en común sus concepciones teóricas y metodológicas, ideológicas e, incluso, su sentido común. Igualmente, a partir de ese debate y reflexión, se puede levantar preguntas e inquietudes sobre la experiencia, algunas de las cuales podrán ser resueltas de inmediato y/ o darán lugar a procesos de investigación, evaluación o sistematización.