Se caracteriza por una pérdida del movimiento normal del intestino y puede ser provocado por medicamentos, desequilibrio electrolítico, infecciones intrahospitalarias y trauma o cirugía abdominal, lo que provoca la acumulación de contenido intestinal, el aumento de la presión intraabdominal, alteración del flujo sanguíneo, edema y respuesta inflamatoria que provoca la proliferación bacteriana y el desequilibrio electrolítico.