Ofrecen una vía rápida para que las empresas expandan su alcance y mejoren su plantilla, pero conllevan riesgos significativos. Es crucial evitar errores comunes, como ignorar el encaje cultural, hacer concesiones excesivas en las negociaciones, integrarse de forma tímida, imponer directivos propios en la empresa adquirida, pagar un precio excesivo y permitir la resistencia del personal.