El sufrimiento, y especialmente el sufrimiento de los inocentes, parece a primera vista algo que contradice la
existencia de Dios todopoderoso que ama y cuida de sus hijos. La iglesia nos propone algunas enseñanzas para resolver este enigma: 1- El mal y el sufrimiento no es algo absoluto. Ejemplo: una enfermedad mortal es un mal pero solo relativo ya
que puede servir al enfermos para acercarse a Dios y ganar el cielo.
2- El mal a veces es un misterio cuando nos encontramos en la vida con algo que es incomprensible debemosaceptarlo desde la fe. De los mayores males, Dios extrae los mayores bienes.
3- El dolor y el sufrimiento inesperados son frecuentemente una oportunidad única para la reflexión y la
conversión.
4- Gracias a la muerte de Jesús y su resurrección nos libró del pecado y nos abrió las puertas del cielo. Cuando en nuestra vida aparece el dolor y lo aceptamos con fe, sin rebelión, ni desesperación, compartimos, enla medida de nuestras capacidades, la misión redentora del Señor.