Advierte al cliente que le vas a "lanzar" las tarjetas, de una en una, a su regazo y que su trabajo va a consistir en intentar evitar que las tarjetas (y los pensamientos y sentimientos anotados en ellas) lleguen a tocarle. Antes de lanzar cada tarjeta, indícale al cliente lo que hay escrito en ella. El cliente, probablemente, intentará esquivarlas de muchas formas pero algunas tarjetas, inevitablemente, le tocarán -y todas las tarjetas, con los pensamientos y sentimientos que contienen, se quedarán allí hasta el final del ejercicio-.