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Capitulo 5. Presentación de la defusión en el tratamiento - Coggle Diagram
Capitulo 5. Presentación de la defusión en el tratamiento
El fenómeno al que nos referimos como defusión es contrario a toda una vida de aprendizaje según la cual se adopta la creencia de que las palabras captan nuestra experiencia con relativa exactitud y que las mejores palabras captan la verdad absoluta.
Dado que terapeuta y cliente, conjuntamente, comparten esta historia respecto a las palabras y dada la rareza inicial de muchas técnicas de defusión, los terapeutas que se acercan a la defusión por primera vez suelen encontrar dificultades a la hora de presentar, a su vez, las técnicas de defusión de un modo natural y con eficacia.
Mirar "a" los pensamientos frente a mirar "a través" de los pensamientos
Chris McCurry, un psicólogo clínico y autor con más de veinte años de experiencia en ACT con niños y adolescentes, suele utilizar una variación de la técnica "mirar a" frente a "mirar a través" para ofrecer una manera muy concreta de presentar la defusión.
Se puede decir que este grado de concreción no solo es útil para explicar un concepto abstracto a las mentes jóvenes, en desarroIlo, sino que, también, puede facilitar su presentación a adultos.
El ejercicio utiliza accesorios físicos -en este caso, un par de gafas de seguridad con lentes amarillas o un par de gafas de ojo de insecto -o "bug eye"- que producen imágenes múltiples de lo que se está mirando.
Iniciación del cliente en defusión
Tal vez la mejor forma de presentar la defusión sea hacerlo como respuesta al escepticismo natural que exprese el cliente hacia sus propios pensamientos, tanto en el pasado como en el presente.
Por ejemplo, después de unas cuantas sesiones, un cliente con problemas de ansiedad generalizada señalaba que solía enfadarse mucho con su mujer cuando no conseguía localizar alguna de sus pertenencias en casa, bajo el supuesto de que ella la había movido sin advertírselo.
Después de gritarle y criticarla repetidamente, solo para darse cuenta más tarde de que había sido él mismo quien había colocado mal el objeto, empezó a darse cuenta de que no podía confiar en sus sospechas en tales situaciones.
Utilización de las convenciones lingüísticas “mente” y “pensamiento”
Desde la misma sesión de acogida se pueden presentar algunas de las técnicas de defusión menos invasivas, como las que identifican sutilmente los pensamientos como pensamientos o como productos de la mente.
Aunque los efectos del empleo de un lenguaje de ese estilo no suelen ser dramáticos, pueden dar lugar a un cierto distanciamiento entre los clientes y sus pensamientos y ayudar, así, a establecer las bases para un trabajo de defusión más intensivo.
La técnica de evaluación-descripción :
Se trata de una variación de la metáfora de la "taza mala" desarrollada por Hayes y colaboradores (1999; 2012). La técnica de evaluación-descripción se utiliza para ayudar a distinguir entre el lenguaje descriptivo físicamente, que se refiere a la experiencia directa del cliente, y el lenguaje evaluativo que pretende obtener verdades absolutas sobre las implicaciones de las experiencias.
A nuestra mente le resulta muy fácil evaluar negativamente el mundo, a los demás y a nuestras propias experiencias, carácter, potencial, etc. y hacerlo de tal manera que resulta convincente por demás y problemática.
Esta técnica puede ayudar al cliente a percibir el contraste entre la solidez de la experiencia directa, señalada por el lenguaje descriptivo, y lo etéreo (en el sentido de carente de sustancia material) del lenguaje indirecto o evaluativo.
También puede servir para presentar el mensaje esencial de la defusión de una forma clara, sistemática y fluida.
Si al cliente le resulta útil la distinción entre descripciones y evaluaciones, el terapeuta puede apoyarse estratégicamente en esta experiencia, en posteriores sesiones, para pedirle al cliente que identifique qué etiquetas aplica a los pensamientos que está experimentando en el momento presente.
Debería observarse que la diferencia entre descripciones y evaluaciones se aplica, a continuación, en primer lugar, a un objeto emocionalmente neutro y, más tarde, se lleva a cabo sobre un tema que resulte más angustioso para el cliente.
Al experimentar la distinción, en primer lugar, sobre un objeto neutro lo que se pretende es fomentar la capacidad del cliente de establecer tal diferenciación incluso cuando puedan interferir pensamientos y sentimientos problemáticos.
A veces, puede ser difícil determinar si un pensamiento es una evaluación o una descripción. Algunas palabras son las dos cosas.
La palabra "gordo", por ejemplo, se refiere de una manera descriptiva a la presencia de tejido adiposo.
Pero la mente de muchas personas podría añadir rápidamente también una carga negativa a la palabra "gordo".
El tipo de pensamientos problemáticos observados a través de las lentes de la descripción-evaluación no resultan tan claramente descriptivos ni evaluativos sino, más bien, reglas verbales sobre cómo se debería o no se debería, tendría o no tendría que comportarse uno en determinadas situaciones.
Si surge una regla verbal importante durante o después del ejercicio, se puede manejar, al menos, de dos maneras.
Las reglas, por lo general, aparentan ser un tipo de descripciones que muestran la manera correcta en que se debería o habría que hacer las cosas.
Probablemente, surgirán pensamientos evaluativos positivos cuando el cliente considere que sigue la regla y pensamientos evaluativos negativos cuando considere que no.