El ejercicio de repetición de palabras (al que nos referimos en varias ocasiones como el "ejercicio de la leche".El proceso está concebido para poner de manifiesto la naturaleza arbitraria de las palabras y reducir sus funciones literales, Mientras el cliente está comentando temas de angustia, el terapeuta selecciona una palabra que, más o menos, condense la esencia del malestar y sugiere pronunciarla de nuevo con un tono de voz neutro, como cuando se pronunciaba la palabra "leche".
Tras una breve explicación de la base lógica del ejercicio y una vez que el cliente ha repetido la palabra "leche" rápidamente durante unos treinta segundos, el terapeuta le pide que perciba qué pensamientos, sentimientos y otras experiencias aparecen cuando verbaliza la palabra que le resulta especialmente problemática.
La parte referida a la repetición de "leche" se puede omitir optativamente. Sin embargo, mantenerla puede hacer que el ejercicio resulte menos invasivo dado que puede ayudar al cliente a familiarizarse con la experiencia mediante el empleo de una palabra que no tiene un componente emocional marcado.
Si el ejercicio se lleva de esta manera, parte del truco implica distinguir entre las experiencias del cliente que ya están "en la habitación" y otras experiencias que la palabra "trae a la habitación" si se toma literalmente.