Capitulo. 7 Cambiar los parametros del lenguaje

Métodos breves para cambiar convenciones del lenguaje

Las frases que pensamos y pronunciamos solo tienen sentido si se siguen ciertas reglas.Se debe utilizar la gramática correctamente o, al menos, de una manera razonablemente correcta. Las palabras y las letras que las forman deben estar ordenadas de una forma determinada.

Habla lento y voces absurdas

Repetición de palabras

Las definiciones de las palabras deben ser conocidas por la persona que las piensa o las escucha. Cualquier cambio importante en alguno de estos parámetros del lenguaje puede variar el significado de una frase, volvernos más escépticos sobre la veracidad de una frase (o de las palabras en general) o, incluso, hacer que no tenga ningún sentido.

El tono y la forma en que se dicen las palabras también deben encajar razonablemente con las cualidades emotivas "'deseables que se asocian a esas palabras.Pronunciar las mismas palabras de una manera animada, entusiasta, con un ritmo rápido, darfa otro aspecto muy distinto a esas mismas palabras. Además, las frases solo tienen sentido si se pronuncian a una determinada velocidad.

Si se articulan demasiado rápido o demasiado lentamente, los sonidos que conforman cada palabra individual empiezan a convertirse en el foco de atención preferente y el significado retrocede a un segundo plano. Por último, los pensamientos cantados con un estilo musical determinado o utilizados como letra de la melodía de una canción concreta pueden recoger algunas de las características de esa música y, tal vez, perder sus características originales.

Los parámetros del lenguaje más importantes que infunden significado a las palabras implican centrarse en el contenido que esas palabras transmiten en lugar de centrarse en los procesos de formación y emisión de las mismas.
El hecho de centrarnos en el proceso de pensar o de hablar nos distrae del contenido totalmente absorbente de esos pensamientos lo que, a su vez, cambia o interrumpe el efecto que tales palabras tienen sobre nosotros


Una vez que se empieza a advertir el proceso de producción de las letras y palabras que constituyen nuestros pensamientos, podemos empezar a darnos cuenta de que tales pensamientos no son, sencillamente, el reflejo perfecto de nuestro mundo circundante o interior.

Existen varias convenciones linguísticas que se pueden utilizar rápidamente para dirigir la atención del cliente hacia el hecho de que está pensando en lugar de reaccionando sencillamente a la realidad. Muchas de ellas se pueden uti- lizar de manera repetida a lo largo de las sesiones, como la con- venciones "mente"' y "pensamiento

Se podría pedir a un paciente que "sostenga un pensamiento ligeramente" en lugar de mantenerlo firmemente y con una convicción absoluta. Esta frase se puede utilizar como "ejercicio único" dirigido a un solo pensamiento, como en: "Muy bien, mantengamos ese pensamiento ligeramente". O se puede subrayar la naturaleza ffsica de la metáfora con una serie de pensamientos como en: "Veamos cada pensamiento que aparezca solo para tocarlo ligeramente".

Un tercer cambio de frase, la convención pero-y supone pedirle al cliente que sustituya la palabra "pero" por la palabra "y" cuando pronuncie alguna frase que suponga un estado de cosas que parezca que va a impedir la ejecución de una determinada acción.La técnica pero-y puede que no tenga un efecto dramático pero puede suponer una abertura que ayude al cliente a considerar más seriamente la posibilidad de que coexistan las dos condiciones.

Traducción de palabras

El proceso, sencillamente, implica traducir una o dos palabras clave del pensamiento angustioso o contrapro- ducente del cliente a un idioma con el que el cliente no esté familiarizado y, luego, pedirle que repita la frase con la palabra extranjera incluida. Por ejemplo, a un cliente, atrapado en el pensamiento "estoy desesperado" se le podría pedir que dijera: "estoy hopeless", utilizando el término inglés para "desesperado".


Es aconsejable buscar un idioma extranjero que proporcione un término que al cliente le resulte extraño, casi impronuncia- ble o que, de alguna manera, genere una impresión y que esté bien alejado de la versión del mundo correspondiente al idioma nativo del clienteResaltar el sentido de duda, sospecha o autoridad excesiva reclamada por la palabra, como se hizo en el diálogo, puede ayudar a contrarrestar ese posible resultado.

El ejercicio de repetición de palabras (al que nos referimos en varias ocasiones como el "ejercicio de la leche".El proceso está concebido para poner de manifiesto la naturaleza arbitraria de las palabras y reducir sus funciones literales, Mientras el cliente está comentando temas de angustia, el terapeuta selecciona una palabra que, más o menos, condense la esencia del malestar y sugiere pronunciarla de nuevo con un tono de voz neutro, como cuando se pronunciaba la palabra "leche".
Tras una breve explicación de la base lógica del ejercicio y una vez que el cliente ha repetido la palabra "leche" rápidamente durante unos treinta segundos, el terapeuta le pide que perciba qué pensamientos, sentimientos y otras experiencias aparecen cuando verbaliza la palabra que le resulta especialmente problemática.

La parte referida a la repetición de "leche" se puede omitir optativamente. Sin embargo, mantenerla puede hacer que el ejercicio resulte menos invasivo dado que puede ayudar al cliente a familiarizarse con la experiencia mediante el empleo de una palabra que no tiene un componente emocional marcado.
Si el ejercicio se lleva de esta manera, parte del truco implica distinguir entre las experiencias del cliente que ya están "en la habitación" y otras experiencias que la palabra "trae a la habitación" si se toma literalmente.


Tener pensamientos

La práctica repetida de la técnica de "tener un pensamiento' (Hayes et al., 1999) puede tener un efecto más marcado a la hora de centrar la atención del cliente en el hecho de que él o ella están generando pensamientos, no reflejando realidades verbalmente. Esta sencilla intervención implica insertar la expresión "Estoy teniendo el pensamiento de que.."

La práctica repetida de la técnica de "tener un pensamiento' (Hayes et al., 1999) puede tener un efecto más marcado a la hora de centrar la atención del cliente en el hecho de que él o ella están generando pensamientos, no reflejando realidades verbalmente. Esta sencilla intervención implica insertar la expresión "Estoy teniendo el pensamiento de que.."

Hablando en términos prácticos, es más sencillo hacer que un cliente hable a un ritmo confiablemente lento que a uno suficientemente rápido.Se pueden utilizar argumentos semejantes a los enumerados en los diálogos anteriores para presentar la tarea. La velocidad del habla deberfa ser muy lenta -me he cronometrado a mí mismo en torno a dos segundo por siílaba, aunque generalmente cuento mentalmente hasta cinco, rápidamente, para regular la duración de una sílaba cuando utilizo esta técnica-. Hablar a mayor velocidad que eso, tiende a retener demasiado significado de las palabras

Evidentemente, se puede utilizar una gran variedad de "voces absurdas" (o, más exactamente, voces discordantes con el conte- nido de lo que las voces están diciendo), formas de cantar o melo- días para facilitar la defusión.

Contestar lospensamientos con el momento presente


Reorganizar los pensamientos

Se le puede pedir al eliente que "escriba" un pensamiento problemático sobre una mesa utilizando pequeñas fichas de letras, como las que se utilizan en el Scrabble.Generalmente, los Pensamientos surgen como entidades acabadas casi de manera espontánea.

Una vez que se ha ordenado la frase correctamente, pídele al cliente que reordene las letras varias veces para formar nuevas palabras o secuencias de letras sin significado. Por último, pídele de nuevo al cliente que utilice las fichas para deletrear el pensamiento correctamente para que no se quede con la impresión de que el pensamiento tiene que transformarse en otra cosa para que ocurra algo.

Nuestros pensamientos nos alejan del momento presente, de la riqueza y solidez de aquello que podemos tocar, ver, oir, oler y gustar aquí y ahora. Incluso los pensamientos que simplemente describen las propiedades fisicas de lo que estamos experimentando en un momento dado no describen lo que es nuestra experiencia en el momento presente. Por definición, las palabras que utilizas para describir esas sensaciones fisicas tienen que venir después de las sensaciones.

Conclusión

Es posible violar una amplia variedad de distintos parámetros lingüísticos para dar lugar a que se produzca defusión. En este capítulo hemos considerado algunos pero piensa que hay muchas oportunidades para la creación de nuevas técnicas de defusión en esta o en cualquier otra categoría