Al cambiar el contexto en el que experimentabas la palabra (en este caso, repitiéndola una y otra vez), el significado de la palabra se pierde temporalmente. E, incluso, aunque la pérdida de significado sea temporal (posiblemente, ahora puedas volver a decir la palabra "leche" una vez y experimentar todas las sensaciones e imágenes familiares asociadas a ella), podemos aprender una importante lección a partir de este ejercicio:Cuando hablamos u oímos una palabra en condiciones normales, esa palabra tiene el poder de traernos sensaciones e imágenes de cosas que, en realidad, no están presentes, de inducirnos emociones que, de otra manera, no surgirían.