Historia de la ventilacion mecanica
175 d,C
Siglo XVI
Galeno usó un artefacto, denominado fuelles de fuego, para insuflar aire dentro de los pulmones de un animal muerto
Paracelso ideó un aparato llamado también fuelle de fuego, que conectado a un tubo dentro de la boca de un paciente funcionaba como un aparato de asistencia ventilatoria
1555
Andrea Vesalius realizó una traqueostomía en un animal, mediante la introducción de un fragmento de caña, a modo de cánula, para ventilarlo, describiendo por primera vez la relación entre la ventilación y la función cardiaca
1559
Realdo Colombo dio a conocer detalladamente el procedimiento de la traqueotomía en su obra De re anatomica
1651
Croune demostró, en la Royal Society, que los pollos ahogados podían revivir. R. Hooke, quien estuvo presente en esa demostración, más tarde escenificó una situación en la que revivía a un perro con el tórax abierto.
1684
Robert Boyle dio a conocer su obra Memoirs for the natural history of human blood
1754
Con el descubrimiento del dióxido de carbono, por parte de Black en 1754, y del oxígeno, por parte de Priestley, Lavoisier y Scheele,9 la respiración boca a boca pasó de moda para dar lugar a la ventilación de presión positiva, primero con fuelles y después con pistone
1812
se mencionaban varios métodos manuales de respiración artificial. Dalrymple produjo una venda para dicha sociedad, se produjeron las copas de succión para pegarse al pecho y van Hasselt describió un método para levantar la parrilla costal empujando los dedos entre los márgenes del tórax
1828
Leroy reportó los resultados de sus experimentos con animales que habían sido asfixiados, logrando reanimarlos mediante respiración artificial con fuelles
1880
Waldenburg introdujo el primer respirador de coraza, que funcionaba bajo el mismo principio de los respiradores de tanque, pero cubría solamente el tórax y no el cuerpo entero como los respiradores de tanque
1924
fisiólogo sueco Torsten Thunberg introdujo el “baroespirador”, un equipo que producía rítmicamente diferencias entre la presión del aire exterior y el contenido en los pulmones, usado en el tratamiento de la poliomielitis por Petrén y Sjöval
1951
durante la epidemia de poliomielitis de Copenhague, la técnica de la ventilación por presión positiva se extendió en el campo médico. Lassen e Ibsen emplearon a equipos de estudiantes de medicina, quienes llevaban en sus maletines bombas llenas con oxígeno y óxido nitroso, y más tarde aire, para mantener vivos a los pacientes afectados de parálisis bulbar
1970
nació el concepto de ventilación mecánica a partir del uso de la presión positiva al final de la espiración (PEEP).