En el contexto educativo convencional, se suele dar más importancia a la atención y a la memoria, mientras que la sensopercepción y la motricidad son a menudo subestimadas. Sin embargo, el documento subraya la importancia de integrar estos cuatro dispositivos en el proceso de aprendizaje, ya que todos ellos son fundamentales para un aprendizaje integral y efectivo.
El texto también enfatiza la necesidad de promover una educación neurodiversa, donde el estudiante sea protagonista de su propio aprendizaje y se utilicen las capacidades y potencialidades individuales de cada persona. Esto incluye el uso de la experiencia sensorial, ya que fomenta la motivación y el aprendizaje vivencial, y ayuda a conectar al estudiante con el entorno de una manera significativa y enriquecedora.