Los principales efectos neurotóxicos de la exposición fetal e infantil a niveles incrementados de Pb son: déficit de atención, disminución del rendimiento y fracaso escolar, impulsividad, agresividad y conducta delictiva; la exposición a Hg en dosis altas provoca retraso mental, alteraciones visuales y de la marcha, y en bajas dosis, del lenguaje, la atención y la memoria