Aunque rara en niños, las complicaciones pueden incluir encefalitis (1 en 6,000 casos), púrpura trombocitopénica, y artritis transitoria (más frecuente en adolescentes y adultos). La complicación más grave ocurre en mujeres embarazadas, ya que la infección durante el primer trimestre puede causar síndrome de rubéola congénita, que puede provocar aborto espontáneo, muerte fetal o graves malformaciones congénitas (sordera, cataratas, cardiopatías congénitas, entre otras).