La valoración del recién nacido incluye la aplicación de la prueba de Apgar, la cual evalúa cinco indicadores clave: frecuencia cardíaca, esfuerzo respiratorio, tono muscular, reflejos y color de piel (Feldman, 2017). Esta evaluación, realizada en el primer y quinto minuto tras el nacimiento, es importante para detectar problemas inmediatos en el estado de salud del bebé y proporcionar una intervención rápida si es necesario (Santrock, 2019).
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La evaluación del desarrollo del neonato debe ser multidisciplinaria, abordando aspectos físicos, emocionales y sociales desde perspectivas como la medicina y la psicología (Berger, 2016).