El pez cebra ha sido utilizado en múltiples investigaciones, destacando en el estudio del desarrollo embrionario, gracias a su transparencia durante las primeras etapas de vida, lo que permite visualizar en tiempo real la formación de órganos. Además, es crucial en investigaciones sobre genética del cáncer, donde se han modelado mutaciones oncogénicas para comprender la progresión de tumores. Otro campo de estudio es la regeneración tisular, ya que el pez cebra tiene la capacidad de regenerar tejidos como las aletas y el corazón, lo que lo convierte en un modelo clave para entender los mecanismos de la regeneración en vertebrados.