La guerra civil sumió a El Salvador durante 1980-1992. Por un lado, había múltiples grupos revolucionarios peleando hacia una reforma socialista de la economía y sociedad que se combinaron para crear el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Por el otro estaba el gobierno salvadoreño, el cual recibía un enorme apoyo económico, social y militar por parte de los Estados Unidos debido al amplio contexto de la Guerra Fría. La magnitud de este apoyo es evidente cuando uno considera que—durante 1980-1992— el Salvador recibió $6 billones de ayuda por parte de los Estados Unidos, una cantidad 40 veces más grande que la ayuda recibida durante 1963-1979 (Robinson, 2003). Durante el período de la guerra civil, la educación fue básicamente olvidada como una prioridad y fue abandonada en muchas áreas del país (Gómez Arévalo, 2011). En una sola maniobra política, la Ciudad Normal Alberto Masferrer fue cerrada en 1980 dado a razones políticas y financieras, pues los docentes tendían a estar involucrados en el llamado al cambio. A esta acción se le atribuye el debilitamiento de la formación docente y la posterior caída en la calidad educativa que se siente incluso el día de ahora (Picardo Joao & Pacheco, 2012). La formación docente fue inicialmente cedida a instituciones sin preparación técnica, luego se cedió hacia 32 universidades privadas con diversos enfoques y planes, hasta que un plan y programa de supervisión fue implementado como parte de una reforma educativa de la posguerra en 1944 que devolvió la formación docente al MINED (Pacheco, 2013).