Gracias a la ilustración aparecen los primeros libros infantiles en el siglo XIX, donde se usó el color ampliamente. Al principio se hacían a mano, después se usó la cromolitografía, sobre todo en libros infantiles y religiosos. Grandes ilustradores infantiles: Walter Crane, Randolph Caldecott y Kate Greenaway.
Uso del acero para grabar las planchas de las ilustraciones. Característicos del siglo XIX el uso de la litografía o grabado en piedra, descubierta en 1797 por Aloys Sendefelder y sobre todo el uso del fotograbado que permite la reproducción de dibujos, textos, estampas y fotografías en una plancha metálica.
En España, José Madrazo consiguió de Fernando VII un privilegio para la creación Del Real Establecimiento litográfico en 1825.
Obras de grandes novelistas como Balzac, Dickens, Dumas o Lewis Carroll, aparecen ilustraciones de la vida diaria, reflejo de la corriente pictórica del impresionismo.
El contenido del libro también se transformó: pasando del conservador conocimiento a la difusión de la información. Se adaptaban a los gustos y las modas. También la política y las noticias.
Separación de la figura del impresor, editor y librero. El impresor se limitó a realizar los encargos y el librero a distribuir y venderlos. El editor quien asuma los gastos y atento al mercado, buscando satisfacer la demanda. En esta época la suscripción como medio para conseguir la fuerte inversión necesaria, será muy usado por los editores. También recurrieron a la publicidad para hacer llegar al público sus catálogos.
En Francia, una nueva forma de comercialización, las entregas o folletín, muy apreciado en clases modestas con pocos ingresos.
En España, es raro que el editor no sea también impresor o librero. Uno de los más famosos: Mariano Cabrerizo: por su colección de novelas. Manuel Rivadeneyra publicó la Biblioteca de Autores Españoles. El folletín también tuvo un gran favor del público en España, donde entre 1840-1860 fueron muchos editores y periódicos que publicaron novelas por entregas.
Aparición de nuevos lectores con pocos recursos económicos: necesidad de medios de lectura. Los periódicos fueron los primeros en atender a esta masa de nuevos lectores, pero esto no resolvía todas sus necesidades.
Frente a las bibliotecas parroquiales (creadas en el siglo XVIII), aparecen ahora las orientadas a la formación profesional de los trabajadores, los mechanics institutes.
Por personas con afán religiosa y filantrópica se aprobó en 1850 la ley de bibliotecas públicas que permitía a los ayuntamientos de las ciudades establecer una tasa de medio penique para sostener una. Siendo Manchester la primera en fundar una biblioteca pública de acceso libre en 1852.
EEUU, siglo XIX, aparecieron nuevos tipos de bibliotecas: mercantil libraries dirigidas a la formación de los empleados; Young Men's Christian Associstion. En 1802 se funda la 1ª biblioteca infantil. El mayor impulsor de las bibliotecas públicas fue Andrew Carnegie, que regaló a cada municipio que se comprometiera a mantenerla y dotarla de una biblioteca. Con este desarrollo de bibliotecas el movimiento bibliotecario se encuentra padres de moderna biblioteconomía como Charles Cofia Jewett, Charles Ammi Cutter, Melvin Dewey que fundaron American Library Association (ALA).
- 1 more item...