A medida que va madurando, el hemisferio derecho ejerce un efecto de modulación en el hemisferio izquierdo, más reactivo. Además, a medida que madura el cuerpo calloso, el hemisferio derecho puede inhibir o controlar al hemisferio izquierdo de un modo más eficaz. Así pues, la depresión en niños y adultos puede ser resultado de una hipoactivación de las regiones frontales, o de una hiperactivación del hemisferio derecho.