Dentro de los textos que cumplen con la función persuasiva o apelativa están la publicidad, el discurso político, los artículos de opinión y la crítica de arte, entre otros. Este tipo de textos tiene la función de convencer a los lectores o espectadores de una idea o de la necesidad de adoptar una determinada posición o comportamiento, por medios orales, escritos y/o visuales. (Carriazo S., Mena Andrade, & Martínez, 2007). Se encuentra centrada en el receptor. Su expresión gramatical más pura es el imperativo y el vocativo, que se emplea para llamar a alguien (¡María!, ¡Hermano!), y el imperativo (¡Ven!, ¡Cierra la puerta!). Otros ejemplos: ¡Juan!, ¡Espera!, ¡Niño, apaga la luz!. El mensaje pretende llamar la atención del receptor o hacerlo actuar.