Nació en el piso familiar, situado en el bulevar Raspail de París, en el marco de una familia burguesa con moral cristiana muy estricta. Era hija de Georges Bertrand de Beauvoir, que trabajó un tiempo como abogado y era un actor aficionado, y de Françoise Brasseur, una mujer profundamente religiosa. Ella y su hermana pequeña Hélène de Beauvoir, con quien mantuvo siempre una estrecha relación, fueron educadas en colegios católicos.
Fue escolarizada desde sus cinco años en el Cours Désir, donde solía enviarse a las hijas de familias burguesas. Su hermana menor Hélène de Beauvoir (conocida con el apodo de Poupette) la siguió dos años más tarde.
Desde su niñez, de Beauvoir destacó por sus habilidades intelectuales, que hicieron que acabase cada año primera de su clase. Compartía brillantez escolar con Elizabeth Lacoin6 (llamada Zaza en la autobiografía que escribe de Beauvoir), que se convirtió rápidamente en su mejor amiga.
El pensamiento de Simone de Beuavoir se presenta como una filosofía de la libertad y del compromiso. Su modo de entender al existente queda delineado ya desde sus primeros trabajos, en los que la ontología existencialista aparece profundamente fundida con la cuestión ética.
OBRAS
La invitada (1943) (Sudamericana, 1961. Trad. Silvina Bullrich)
La sangre de los otros (1945) (Siglo Veinte, 1964. Trad. Hellen Ferro)
Todos los hombres son mortales (1946) (Edhasa, 1956. Trad. Silvina Bullrich)
Los mandarines (1954, ganadora del Premio Goncourt) (Sudamericana, 1962. Trad. Silvina Bullrich)
Las bellas imágenes (1966) (Edhasa, 1977. Trad. José Bianco)