Retos y riesgos
El mayor reto en este contexto es que dos partes se pongan de acuerdo, estando sujetas a leyes diferentes, y que sin embargo acuerden las mismas clásulas de un contrato (Smart contract), al cual ambas partes se van a someter. Ya existe normativa internacional en este sentido (Lex Mercatoria, convenio de Viena…), aplicable en gran medida a todo el entorno comercial, ya admitido, que se incorpora en los acuerdos. El objetivo es que con los Smart contracts evitamos los conflictos entre las empresas (que parece mejor idea que solucionar los conflictos en los juzgados).