En una institución educativa ubicada en una zona rural y de bajos recursos, los profesores no tienen acceso a capacitaciones continuas ni a materiales educativos actualizados. Mientras tanto, en una escuela privada ubicada en la capital, los docentes participan regularmente en talleres de actualización pedagógica, cuentan con recursos tecnológicos avanzados, y tienen clases con un número reducido de estudiantes, lo que permite una enseñanza más personalizada.