La principal materia que se utiliza para generar biomasa es la madera, que puede crear bioenergía desde los propios restos de la madera, serrín, palillos, aglomerados, pellets y palés.
En definitiva, desde la transformación de la materia orgánica podemos producir calor, calentar agua o generar electricidad.
La diferencia de uso de la biomasa reside en que en este caso utilizamos madera como combustible. La madera ardiendo calienta conductos por lo que circula el agua.
Al quemar la biomasa se calienta el agua, que pasa a convertirse en vapor. Con el consecuente aumento de las temperaturas el valor mueve las turbinas, que están conectadas a un generador eléctrico, igual que sucede con la energía solar térmica.
Desde este generador eléctrico la nueva energía se reparte a la red eléctrica. La principal ventaja de la biomasa frente a otras energías renovables es su mayor fiabilidad.
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