Las materias primas húmedas o los residuos animales se introducen en grandes tanques sellados, llamados digestores. Estos tanques están llenos de bacterias que descomponen los residuos, los cuales se van pudriendo en el tanque sellado.
A medida que los residuos se descomponen, producen gas metano, que se denomina biogás. Este gas metano se captura y se quema para calentar el agua, que produce vapor. La presión del vapor hace girar la turbina, que alberga un generador para producir electricidad.[4]