Consisten en señalar aquellas cosas que los clientes están haciendo bien, que les ayudan o de las que pueden estar orgullosos. También se pueden elogiar cualidades, valores y relaciones, procurando que los elogios incluyan a todos los miembros de la familia. Habitualmente los elogios se reservan para el mensaje final. A diferencia de la connotación positiva sistémica, que puede tener un cierto matiz estratégico e incluso manipulador, los elogios deben ser genuinos, ya que de otra forma resultarían poco creíbles.