La subjetividad está simpre presente, por más que no lo queramos, al final, simpre el que la escribe es una persona, con criterio, pero también con sentimiento, opinión y error. La subjetividad es necesaria para conocer las distintas perspectivas de la historia y no solo ver una cara del cubo. Con muchos puntos de vista, también se puede construir lo que en realidad pasó, conociendo aquellas cosas en común.