La comunicación oral se basa en el uso del canal auditivo, ya que las palabras se perciben a través del oído. En este tipo de comunicación, los fonemas se escuchan de manera lineal, uno tras otro, porque una persona no puede decir dos palabras simultáneamente. El emisor tiene la capacidad de retractarse de lo que dice, lo que permite una mayor flexibilidad en la conversación. Además, existe una interacción constante y retroalimentación entre los hablantes, lo que facilita el intercambio de ideas en tiempo real. Sin embargo, las palabras son efímeras y desaparecen tan pronto como se dicen, pues la comunicación dura solo el tiempo que el sonido permanece en el ambiente. Durante la comunicación oral, se utilizan diversos soportes verbales y no verbales, así como elementos paraverbales, como movimientos, desplazamientos, distancias, gestos, tonos de voz, apoyo visual y elementos tecnológicos.