Para implementar una economía de fichas, la ayuda de otras personas puede ser beneficiosa, especialmente al inicio del programa en entornos institucionales grandes como secciones psiquiátricas. Las fuentes de ayuda incluyen personal existente (por ejemplo, ayudantes docentes, asistentes de enfermería), voluntarios (como cuidadores, personas mayores), individuos con mayor habilidad conductual dentro de la institución, y los propios participantes del programa.