En resumen, no hay reglas estrictas en la gestión empresarial. Las complejidades derivadas de la competencia, la integración y la capacidad de respuesta, junto con los cambios en las estructuras industriales, conducen a configuraciones dinámicas en la cadena de valor. Para respaldar estrategias sofisticadas, los gerentes suelen experimentar con varios métodos de control. A menudo, las empresas multinacionales adoptan estructuras de control mixtas, adaptándose a las circunstancias cambiantes y a las demandas del mercado.