Comentarios en el JUMASH
La ley de la vaca roja es descrita por los Sabios como decreto de la Torá por exelencia, es decir, que está más allá del entendimiento humano. Esto se debe a que el Satán y las Naciones se burlan de Israel, diciendo: "¿Cuál es el propósito de este mandamiento?", ante lo cual la Torá afirma que es un decreto de Dios y nadie debe cuestionarlo (Rashí).
El comentario de "culto extraño" explica que no se debe tratar de explicar este precepto, dado que Dios nos comunicó Sus mejores y más íntimos preceptos en la forma de, por así decirlo, un "beso Divino" en la intimidad de un amado y su amada.
No obstante resulta axiomático que, puesto que todas las leyes de la Torá son fruto de la sabiduría Divina, cualquier incapacidad humana para entenderlas indica una limitación por parte del pupilo y no del Maestro. como lo explican los sabios, no hay nada carente de significado en la Torá y, si ello parece así, es sólo debido a nuestras propias deficiencias.
El Midrash sobre este capítulo se enfoca sobre todo en una paradoja que surge en las leyes de la vaca roja: sus cenizas purifican a gente que ha sido contaminada, ¡pero contamina a quienes las preparan! Y fue respecto a este aspecto de sus leyes que exclamó el rey Salomón: "Dije que sería sabio, más ello me rebasa" (Ec 7:23). Sobre este tema, el Midrash cita el versículo "¿Quién puede sacar algo puro de lo impuro? ¿A caso no es Él (Dios), el único?" Job 14:4