El artículo 63 establece los detalles específicos que deben incluirse en el balance general de una empresa. En resumen, en el activo se debe detallar el efectivo, los créditos, los inventarios, las inversiones, los activos fijos, los gastos prepagados y cualquier otro activo relevante. En el pasivo se deben detallar las deudas, las provisiones para posibles obligaciones futuras, las rentas recibidas por adelantado, el capital social, las reservas, las utilidades o pérdidas acumuladas y cualquier otro pasivo significativo. También se deben mencionar los bienes en depósito, avales, garantías y cuentas de orden. La presentación general debe permitir distinguir entre activos corrientes (a realizarse en un año) y no corrientes, al igual que entre pasivos corrientes y no corrientes. Además, se debe indicar la naturaleza de los derechos y obligaciones (documentados, con garantía real u otros) y separar los activos y pasivos en moneda extranjera. Finalmente, no se permite compensar diferentes partidas entre sí en el balance general.