Durante la primera infancia, los niños experimentan un rápido crecimiento y desarrollo muscular, ganando fuerza y salud. Su cuerpo se vuelve más delgado y atlético, con una cabeza aún grande pero en proporción creciente con el resto del cuerpo. Los cartílagos se transforman en huesos, lo que fortalece su estructura y permite el desarrollo de habilidades motrices. El sistema inmunológico se fortalece, protegiéndolos de infecciones. Sin embargo, la dieta de muchos niños puede carecer de nutrientes esenciales debido a la influencia de la publicidad de alimentos poco saludables.