A las ideas de referencia se agregan interpretaciones erróneas. Estos errores de interpretación tienen un origen emocional y están basados en un determinado estado del ánimo, un fondo de angustia, desconfianza y recelo. En este grado surgen percepciones delirantes e interpretaciones paranoides, en general imprecisas. Se observa un grado de perplejidad en primer término angustioso. Interpretamos la perplejidad, a la que hace referencia Leonhard, en el sentido de Wernicke, esto es, como un estado de desorientación que existe en todo enfermo mental, debido a una actividad alterada de la conciencia; en el caso de los cuadros agudos estaría vinculada con un afecto violento. Las alteraciones en la percepción (del mundo, el yo y el propio cuerpo), que se dan junto con una percepción normal de las mismas áreas, desorientan al enfermo, y se suman a la existencia simultánea de un estado de embotamiento especial. Todo se traduce en una dificultad para comprender los sucesos, un estado de asombro ante lo que acontece.