La bella construcción de sí, labor y búsqueda abierta y continua que tan claras diferencias y fusiones
orgánicas establecía con la escatología de la polis y la moral (Heráclito, Sócrates, Platón y Aristóteles),
poco o casi nada tiene que ver con la individualidad libre que hoy se relaciona, casi automáticamente, a
la ética.