La dimensión objetiva del bienestar se refiere a las condiciones y circunstancias externas que influyen en la calidad de vida de las personas, independientemente de sus percepciones o sentimientos. Este enfoque se basa en indicadores medibles y cuantificables, tales como el ingreso, la educación, la salud, el empleo, y el acceso a servicios básicos como vivienda, agua potable y saneamiento