El estudio suele comenzar desde dos perspectivas metodológicas diferentes: la cuantitativa y la cualitativa. Una se relaciona con las disciplinas de ciencias exactas, mientras que la otra pertenece al ámbito de las ciencias sociales; la primera se fundamenta en cifras y objetividad, mientras que la segunda se centra en interpretaciones y subjetividad. En ciencias sociales, se ha propuesto que una manera de asegurar la objetividad de los resultados es mediante la cuantificación, con el fin de minimizar conjeturas e incertidumbres, aunque este enfoque también es fundamental en ciencias exactas. No obstante, las características de estas realidades son distintas, ya que abarcan desde aspectos internos hasta externos, tanto de individuos como de objetos o fenómenos. Se persigue un mayor grado de control sobre realidades que involucran emociones, sentimientos, aspectos medibles y manejables.