los síntomas principales incluyen deterioro cognitivo progresivo que interfiere con las actividades sociales o laborales, trastornos de memoria y atención, problemas visuoespaciales, fluctuaciones diarias en la atención, alucinaciones visuales y, en menor medida, auditivas, así como parkinsonismo leve con rigidez y lentitud en los movimientos.
Características clínicas adicionales como caídas, pérdidas de conciencia e hipersensibilidad a fármacos neurolépticos. La progresión de la enfermedad puede ser rápida en algunos casos, con un pronóstico peor en hombres que en mujeres.