Los dispositivos móviles, la mensajería instantánea y el correo electrónico han revolucionado la manera en que nos comunicamos. Estas formas de interacción han establecido una nueva estructura social en términos de quién, cómo y cuándo interactuamos. Es crucial que los estudiantes aprendan a discernir cuál es la forma de comunicación más adecuada para cada situación. Por ejemplo, para temas delicados, personales o negativos, la comunicación cara a cara es más efectiva que la electrónica, que resulta más adecuada para transmitir información básica.